Excursión de un día en moto de nieve de nivel intermedio a Grønfjorden desde Longyearbyen

Los conductores intermedios de motos de nieve son bienvenidos en esta expedición de un día al Grønfjorden a través de estrechos senderos y grandes valles, ¡con una luz siempre cambiante!

La aventura comienza con la recogida en su alojamiento en dirección a la base, para equiparse y descubrir las motos de nieve. Se le proporcionarán cascos y todo el equipo térmico necesario para mantenerle seguro y caliente durante todo el trayecto. A continuación, se enseñará a los conductores cómo conducir una moto de nieve, incluidas las señales manuales que deben aprender para garantizar un viaje seguro.

Por último, será el momento de adentrarse en el vasto abismo de Svalbard. El viaje le llevará hacia el suroeste, en dirección a Grønfjorden. La ruta incluirá estrechos pasos entre glaciares, así como momentos de inmensos valles que ofrecen impresionantes panorámicas sobre la extensa tundra nevada. La ruta que recorrerá con su guía está habitada por numerosos animales árticos, como el reno de Svalbard, el perdiguero y el bien camuflado zorro ártico. No los pierda de vista mientras derrapa por el terreno helado.

Una vez en el fiordo, podrá explorar la costa y los ríos helados. En primavera, la costa se llena de "tortitas de hielo" al descongelarse el océano Ártico, creando bellos dibujos geométricos de blanco sobre el agua azul. Tras una exploración a pie, durante la cual su guía le enseñará todo sobre la geología y la historia de la zona, disfrutará de un almuerzo y bebidas calientes en este impresionante paisaje. Después, será el momento de recorrer los 68 km (42 millas) de vuelta a casa en Longyearbyen.

Svalbard Adventures recomienda esta larga expedición en moto de nieve a quienes tengan experiencia previa en moto de nieve, por la sencilla razón de que es larga y algunos de los terrenos son un poco accidentados.

La recompensa de una excursión tan larga en moto de nieve es la posibilidad de experimentar cómo se transforma la pista con la salida y la puesta del sol. La luz cambiante aquí crea estados de ánimo totalmente diferentes, haciendo que el viaje de vuelta parezca una ruta totalmente distinta a la de la mañana. Después de un día así, ¡seguro que te sientes como un auténtico svarbardiano!