Puenting: ¡todo lo que debe saber antes de saltar!

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No hay nada más fácil y accesible para conseguir una rápida (y loca) emoción.

También conocido como benji, bungie, bungy jumping o puenting, el puenting es, como su nombre indica, un simple salto al vacío con una cuerda elástica atada a los tobillos o al torso. Una actividad poco habitual, más o menos extrema, pero que no se considera un deporte porque no requiere ningún entrenamiento físico ni una técnica particular. Se trata simplemente de lanzarse al vacío... y asegurarse de estar bien sujeto antes de lanzarse de cualquier manera. La cuerda sirve para ralentizar y luego detener la caída, y afortunadamente de lo contrario te estrellarías en el fondo...

puenting

El objetivo es conseguir fácilmente la emoción de la caída libre seguida de sucesivos ascensos. Una vez realizado el salto, te conviertes en un auténtico yoyó humano con grandes sensaciones. Con los efectos del vértigo debido a la altura, esta actividad es un primer paso si quieres probar el paracaidismo o cualquier otro deporte aéreo. Ten en cuenta que, a diferencia del salto en paracaídas, este salto al vacío colgado de una cuerda no requiere certificado médico expedido por un facultativo (excepto para mayores de 55/60 años según el establecimiento). La ventaja de esta moderna actividad de ocio es que puede realizarla todo el mundo, siempre que se tenga una buena condición física, un poco de valor y buen corazón. Porque una vez arriba, es mejor no pensárselo porque ya es demasiado tarde. Sin embargo, si padece del corazón o tiene problemas de espalda, cuello o columna, es mejor que no se arriesgue. El puenting está permitido a partir de los 15 años, con permiso paterno para los menores. El peso mínimo suele ser de 50 kg y el máximo de 130. En cuanto a la seguridad, es bueno saber que el equipo se revisa sistemáticamente para garantizar que los saltos se realizan sin ningún peligro. El margen de seguridad de un salto en relación con el suelo es de 20 metros, ¡lo que deja pocas posibilidades de tocar el suelo! También hay que tener en cuenta que las cuerdas elásticas se destruyen después de 150 saltos (o 6 meses), aunque se ha demostrado que pueden resistir más de 1500 saltos.

Puenting desde el puente de Artuby (182 m) en el Verdon

Un consejo: vacía los bolsillos antes de dar el salto porque si se te cae el móvil desde ahí arriba, no va atado con una goma y tampoco con un chicle porque te lo tragarás con la velocidad de la zambullida.
Si vas a arriesgarte en la vida, empieza por este salto y quizá te ayude con alguna otra cosa o con una decisión crucial que tengas que tomar. La desagradable sensación de ver a la muerte a la cara se sustituye pronto por la estimulante sensación de volar y te dejará recuerdos imborrables que querrás compartir el resto de tu vida.

Lo más importante es elegir el lugar adecuado. Cuanto más largo sea el salto, mejor, así que le aconsejamos saltar desde un puente, un acantilado o una grúa, pero desde una buena altura para apreciar plenamente el paisaje y las sensaciones. Si es más bien tímido con esta actividad, empiece por un salto corto, como el Viaducto de Saint Paul Le Jeune en Ardèche con un salto de sólo 37 metros. Si se trata de una despedida de soltera, el lugar del puente de la novia cerca de Niza (Francia) parece ideal.

Y una vez que lo haya probado y haya comprendido que es seguro, quedará enganchado y querrá explorar otros lugares. También es una oportunidad para descubrir paisajes majestuosos como las cataratas Victoria, en África, o Katmandú, en Nepal, por ejemplo. Y si te aficionas al puenting, puedes probar el salto más alto del mundo en el puente Bloukrans, en Sudáfrica, ¡con nada menos que 216 metros de altura!

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Popularizada por el neozelandés Alan John Hackett en los años 80 (sobre todo con su famoso salto ilegal desde la Torre Eiffel en junio de 1987), esta disciplina ha seguido evolucionando y haciéndose más conocida con el paso del tiempo. Con algunas variantes como el salto del péndulo (también llamado columpio de cuerda o salto pendular) que consiste en saltar con dos cuerdas desde un puente pero de forma escalonada para realizar un salto que tiene la forma de un péndulo oscilante, se diferencia del puenting por su trayectoria de balanceo en parte semicircular y no puramente vertical. También existe el swingline que consiste en saltar desde un slackline y muchas otras cosas como el puenting desde un trampolín mientras se desliza en trineo, esquiando, montando en bicicleta o corriendo... En resumen, ¡hay muchas maneras de saltar por los aires con esta original actividad si no se tiene miedo al frío!

Y como extra, una pequeña foto de Kelly Slater lanzándose desde el puente Bloukrans en Sudáfrica.

puenting kelly slater